jueves, julio 28, 2005



Lo que en realidad me importa es

Ésto. La pic satelital es de maps.google.com y muestra la frontera de México con EUA, nuestro noroeste, topando con el océano Pacífico. Arriba, California. Abajo... Baja. La línea es la frontera. La onda es, empieza México, y.. es eso una plaza de toros? Hay una plaza de toros viendo a la frontera? A la mitad de la corrida voltean todos al Norte y gritan: CHINGA A TU MADRE!!!!!!!!!!!!!!

O cómo es? ? ? !?


Ah, si todo fuera tan fácil.

No me gusta la Coke. No me gusta que haga calor. Quisiera tener ya todos los libros en la cabeza. Que el Internet fuera aún más rápido. Que pudieras mantener la perspectiva aérea. Vacaciones pagadas.

O a falta de eso, un buen caparazón, y la posibilidad de lanzar rayos. O estar jalando en una buena empresa.

Stop!

sábado, julio 23, 2005

Los dos se llaman

Papá puso el Blonde on Blonde de Bob Dylan a todo volumen en mi cuarto y se fue a acostar al suyo.

Hoy se supone que iríamos a la mítica quinta de Iván, pero ya no hemos sabido nada de él. Se estaba recuperando de la aventura de ayer. Hace rato que no vamos a esa quinta del diablo donde grabamos muchos videos caseros en la época de la perdición. Por ahí queda un videoclip de una pieza instrumental de Iván, que culmina con una toma de la mano de la ahora mítica Priscila sosteniendo un huevo.

Recuerdo también a los gansos asesinos. Y tener que ir desde la alberca a la palapa para subirle a los Stone Roses. Y malviajar gente con Olivia Tremor Control (demasiada información).

Ahora papá puso a los Kinks y se fue a la planta baja. Es el CD Village Green. Me gusta más el Something Else, pero éste tiene la ventaja de incluir una de mis rolas favoritas de todos los tiempos, Do You Remember Walter. Y Big Sky, una rola que no es atea, sino antiDios, y con guitarras chiras. Por ahí viene también Days, que me encanta en versiòn con Elvis Costello. Hace rato que descuidé a Mr EC. El último disco no me sonó muy interesante. Es la primera vez que le pierdo la vista. Quizás es culpa de ese nuevo sombrero. O la portada, que lo muestra como sólo una sombra.
Ahora está el Arthur, de The Kinks, uno de los últimos clásicos sesenteros. Es una especie de ópera rock, pero sirve como argumento contra Pete Townshend. El guitarrista de The Who había entregado su grandilocuente Tommy sobre un mesías ciego sordo y mudo que liderea a la juventud jugando pinball. Arthur es sobre un inglés de mediana edad, atrapado en el conformismo. Ahora está la canción Shangri-La, sobre vivir en un barrio clase mediero con pretensiones señoriales, leyendo el periódico junto a la chimenea, "you can't go any higher". Es todo un ejercicio de empatía, rolas sobre envejecer, toparse con los mismo de siempre y ya no tener nada que decir... supongo que me será muy útil dentro de 20 años. Lo otra es una caricatura adolescente hecha por un treintón, pero supongo que a veces no nos queda de otra, lo que me lleva a

Muzzle

Desde la era prehistórica (cuando todavía no acababa la carrera), Muzzle ha sido una de mis canciones favoritas de los Pumpkins. Algo implicaba para mi del temor, no el de toparme con que "i'm ordinary, just like everyone", sino de que todo esfuerzo, en cualquier dirección, fuera inútil, que me vería llevado por la corriente hacia... una vida ya hecha, hacer lo que se supone que debe ser. Pensaba que era el fin de una era, el fin de la oportunidad de que al menos algunas cosas fueran diferentes (y la diferencia, lo supuestamente original, es otro cliché, pero quizás más divertido). I was such a fool!!!! Eran sólo los 90's, y de hecho todavía no terminaban... En cambio, ahora creo que

Y es ahí donde me detengo, supongo que es una canción con un dramatismo exagerado, pero me gusta.

Trivia: Volviendo a los Kinks...
Qué dijo su líder, Ray Davies, cuando lo pusieron a escuchar un single de, ehem, Pavement?
"An indie band, lo-fi sort of music.....There's hope for California if there's more of these kids around. You've got to have a sense of humor if you're in this band. I doubt anyone's manufactured this lot - the production is too untogether for that. Mid-70's Kinks records had an untogether back track mix, with the vocal track barely penetrating. This has got that descending kind of music to it. Take the back track away and you'd be hard-pressed to tell whether it was an English or an American band. I don't think they want a Grammy, and that's alright. "

And that's alright.

miércoles, julio 20, 2005

Ya tengo Infinituuuum

Creo que era el último con una conexxxión telefónica, y pirata. Me tardaba 15 minutos en abrir mi mail, jaja.

sábado, julio 16, 2005

This article needs

Me gusta borrar toda huella. Esa es la naturaleza del disfraz. Me gustan los textos que parecen haberse escrito solos. Como el texto atrás de una bolsa de papitas. No quiero imaginarme un autor.

Ahora caigo otra vez en mi cristianismo (conveniente al escuchar a Sufjan Stevens). Veo que mis fantasías comunistas de infancia, la fe en el espacio, en cierta unión, en el fin del mundo, en tropezarse con la canción, lanzando los dados un millón de veces, quedándome sin dedos, todo es la espera silenciosa. Invisible. Y tan fácil. Cómoda. Invisible.

Es en la oración de la repetición donde encontraremos una pista. Invisible.

This is a monthly magazine.

viernes, julio 15, 2005

I had to speculate

Took a shot for you, now i'm only living for the pictures.

But then...

Anything I get paid for is cool. It may become a collector's item. The apparent clarity may yet be.

A vice president has a blog. A vice president has a blog. Double-wrapped goods. It's a gift. A curse. A big magalog. They do this in clothes. Sometimes, they also do this out of clothes.

Reality is only a catalog. But I keep forgetting it. But I keep forgetting it. She's getting ready to theorize the terrorism, inside the anthouse. Fire! Fire! Firehouse! We're all made of water.

miércoles, julio 13, 2005

Otra del recuerdo: Un fragmento de mi tesis. Ya ni me acordaba. Checad lo principal, el estilo portentoso, resultado de largas tardes leyendo a Foucault afuera de la biblioteca de la Facultad.

12

Un nuevo siglo como gran escenario de ideas y poderes; de independencia y nuevas dominaciones.

Al iniciar la Era Burguesa, han caído las fantasías de nobleza, y se ha abierto el camino para un desarrollo comercial e industrial separado de las ataduras del pasado. Pero en ese crecimiento son notorios los rasgos de una nueva desigualdad. Ya no los fueros y derechos hereditarios del poder divino o real, sino la contundente presencia del progreso y sus representantes: por un lado, los genios de la industria, amparados en la razón y la tecnología, en contrate con lo que se considera el populacho inculto y violento, que debe ser liberado de sí mismo, de su corrupción e inactividad.

Pueblo que en la Revolución Francesa, había puesto en escena su poder, reclamando el fin de reinados y despotismos, el fin del eterno retorno característico de la monarquía; tras esta fractura en el curso del tiempo cíclico el estado afirmará servir a los ciudadanos, y no entorpecer, sino fomentar su desarrollo: el nuevo mandato en economía es replegarse, siguiendo la política de laissez - faire, pero al mismo tiempo pone en acción su poder organizativo y salvador sobre ese mismo pueblo: lo educa, cura, estudia, reforma. El pueblo, o su voluntad, ha seccionado los viejos lazos de la nobleza. Ahora, el saber y los avances tecnológicos rompen las anteriores relaciones de vida y producción al dar paso a un nuevo orden: el trabajo industrial como productor y distribuidor de riqueza: función que ocupa un papel preponderante en la nueva sociedad. No hay un objetivo subyacente o una estrategia de dominación en juego: simplemente, se considera que es un resultado de la marcha inexorable del progreso. Las máquinas requieren operarios más o menos calificados, y la obtención de materias primas para mantener su funcionamiento: personas y carbón separados del campo para participar en lo que será conocido como la revolución... industrial.

13
Las masas que se debatían ansiosamente en el campo ahora aprovecharán su energía en la ciudad y en el complejo sistema de producción dentro de fábricas y talleres: un espacio organizado para obtener el mayor provecho de esa voluntad y fuerza de trabajo del ciudadano; un lugar donde el hombre adquiere su lugar como participante de un nuevo tiempo técnico, pero también, como elemento de un sistema de explotación. Un espacio donde ese hombre anteriormente sujeto a los ritmos indolentes de la naturaleza y los caprichos de la producción agrícola, se convierte en un nuevo ente urbano, el obrero. En las capas sociales que no participan directamente en el trabajo fabril, el desarrollo de la industria y el comercio pone frente al individuo una variedad mayor de objetos de consumo para ser obtenidos, perseguidos o deseados; la nobleza ha caído o ha prescindido de su antiguo poder: pero el hombre moderno puede conjurar su presencia al adquirir mobiliario, accesorios, productos fabricados en una semblanza de la calidad gozada anteriormente por las clases altas, y con la gracia de obtenerlos a un precio más bajo gracias a la fabricación en gran escala.

El nuevo saber trae las maravillas de un mundo nuevo en la técnica, la política y la ciencia; así mismo, con él surge la necesidad de conocer y mejorar al habitante de ese mundo: un hombre nuevo que no espera la condena divina o la opresión del rey, un individuo cuyos esfuerzos se dirigirán a ser provechoso para sí mismo y la sociedad.


14
Un hombre que requerirá un nuevo espejo, más real, en el cual verse: por lo tanto, será descrito por los nuevos saberes; conocimientos científicos surgidos de él mismo, pero que igualmente, lo cubren y dividen en piezas que siguiendo la marcha del mundo, podrán ser comprendidas y controladas. Incluso en el caso de aquellas funciones misteriosas y complejas que originan la conciencia y sus acciones: en el siglo XIX surge una psicología que aspira a ser ciencia, y presenta un nuevo territorio conquistado por el conocimiento; más que un alma, una mente puramente funcional, asequible a la razón, dedicada a recibir y procesar las experiencias. Y en la psiquiatría, una mente que al igual que cualquier otro sistema u órgano, presenta ante el ojo clínico síntomas que evidencian sus alteraciones y procesos degenerativos. Espacio que quizás pueda ser curado para beneficio de la maquinaria social.

....

sábado, julio 09, 2005

Otra vez, en versión larga.

Para calmar un poco las cosas, una nueva visita al texto de siempre aparecido en Certezas Ilusorias.

Más historias de colonialismo y locura
por Guillermo Corbin

La batalla por la superioridad técnica ha terminado. USA ha ocupado el (justo) cetro de la libertad y democracia. Sólo un rincón del mundo parece haber escapado a su heroica influencia: el reino perdido de Zarandia, un rincón localizado entre las fronteras de Zambia, Congo, Nigeria y la República Libre de Bulgaria Negra. En ésta ocasión, el corresponsal extranjero de Cervezas Inusuales acompaña a Jim Conrad y a su fiel asistente cubano, Mambú, en el primer viaje a la región más salvaje y desconocida del África...


Permítanme presentarme, estimados amigos. Mi nombre es Guillermo Corbin, corresponsal extranjero. Mi participación en las páginas de Certezas Ilusorias (a excepción de una memorable visita a la Cuba postcastrista) quizás no ha sido tan constante como hubiera querido. He aquí la razón.

En los últimos meses he acompañado al general Jim Conrad en una expedición al Africa. Conrad (llamado Big Jim por los agradecidos nativos cubanos) se ha convertido en un ídolo de los hispanos tras participar en la liberación de Cuba como piloto de un tanque robótico y corresponsal de la Cadena Gems. Ahora ha regresado a su antiguo trabajo como operativo de la CIA... y productor de la serie Descubriendo a los salvajes, del Discovery Channel.

Tal como Pinochet liberó a Chile, Franco liberó a España, y olé

Todo empezó con un mail describiendo el motivo de nuestro viaje.

Territorio a visitar: Zarandia, donde el río Nilo se pierde en la profundidad de la selva.

Objetivo: Liberar el territorio de manos de los salvajes, crear documentales para Discovery Channel, Disney, etc. Introducir en los nativos una espiritualidad más interesante con libros del Dalai Lama, Lobsang Rampa, Carlos Castaneda, etc. Los antropólogos llegarán al final, para mostrarse primero perplejos y luego indignados por todo el asunto. Eso aumentará el turismo izquierdista, y todo saldrán ganando. Con el paso de los años, supervisaremos el paso de los Zarandianos de material de investigación a atracción turística, de ahí a pueblo, y de pueblo a público consumidor, tal como ya hemos hecho en varios países.

En busca de una especie perdida de austrolopitecus inmortales

Encontré a Conrad en el Gran Hotel de Wungabung, capital de Bulgaria Negra. Portaba los usuales lentes oscuros bajo el sombrero blanco de jefe colonial, la omnipresente botella de ron en la izquierda y una AK – 47 en la derecha. “Tal como se deben distribuir las cosas en la política”, me había comentado en cierta ocasión. ¡Cuánta verdad en sus palabras!

Como siempre, estaba acompañado por su fiel asistente cubano, Mambú; ex campeón de carreras y pionero comunista en Cuba. Durante la liberación (a cargo de un contingente multinacional de marines americanos y costarricenses), se ganó el cariño de los libertadores al delatar al último reducto rebelde en La Habana, contribuyendo a la caída del Dictador. Ahora servía principalmente como guardaespaldas y distracción humorística en los viajes.

- ¡Señó Corbin! ¡Vamó a salir en Discovery! – exclamó con alegría.

- ¡Corbin! Bienvenido a África Negra. Me imagino que tus lectores pequeñoburgueses estarán muy emocionados por esta nueva aventura. Por lo menos yo lo estoy. Ya me estaba aburriendo de producir documentales de pingüinos.

Día 1

Viajábamos a la última ciudad civilizada en nuestro camino. Nubagnuw, donde encontraríamos al hombre que serviría como traductor en el viaje. Conrad me explicaba como sobrevivir en la jungla.

- Pase lo que pase, nunca subestimes el poder persuasivo de las cuentas de colores. Ya sé que en caso de que nos pase algo o te separes del grupo lograrás sobrevivir. Aunque no seas verdaderamente americano, te respeto por los genes europeos que a pesar del mestizaje corren por tus venas, y que te enlazan con la larga tradición de héroes hispanos: El Quijote. Tartarín. Francisco Franco. Gargantúa. Cándido. Fu Manchú. ¿Qué más trajiste para el viaje?

- Traje un disco, Rei Momo, de David Byrne. – expliqué abriendo una de mis mochilas.

- Ah, un disco del Dr. David Banner. Ese neoyorquino nos ha sido muy útil para comprender la música de los salvajes. Información que en una guerra futura podría darnos la victoria...

- Y Ensayo sobre la ceguera. No sé si lo has leído...

- Ah, ese libro. Ya he oído hablar de esa Sara Mago, la primer latina en ganar un premio Nobel. ¿Y qué te parece África?

- Pues muy moderna. Me hace pensar en nuestro destino, Zarandia. ¿Estarán realmente tan aislados?

- Pronto todo mejorará. Los primeros años invocarán a sus viejos dioses entre lágrimas. Luego aprenderán a vivir. Como cuando independizamos a México de Spain.

Día 2

- El Dr. Negrasso fue criado por un par de misioneros portugueses. Él traducirá los balbuceos incoherentes de los nativos a lenguaje humano.

- Gusto en conocerlo.

El Dr. estaba vestido a la usanza europea y parecía mostrarse algo horrorizado por la actitud servil de Mambú. Le explicamos que era por su propio bien. Salimos de Nubagnuw por un camino de tierra que pronto se convirtió en un estrecho sendero selvático. A nuestro alrededor sólo se escuchaban los gritos de los monos y las periódicas ráfagas de disparos que Conrad lanzaba al aire para calmarlos. Cuando el terreno se hizo lo suficientemente salvaje, y desaparecieron los típicos botes de basura adornados con fauces de animales, desempacamos la cámara.

- Por obvias razones, no puedo confiarle la cámara a Mambú. Corbin, a filmar.

- Yes, sir.

Hice algunas tomas simples de Conrad caminando mientras explicaba el motivo de nuestro viaje, seguido un par de pasos atrás por Mambú, quien naturalmente no podía resistir la tentación de reír y hacer piruetas ante la cámara.

En el camino no encontramos ningún salvaje, pero sí algunos lugares predestinados por la naturaleza a ser futuros McDonalds. Al no haber nativos, el Dr. Negrasso estaba ocioso y Conrad decidió no alimentarlo mientras su utilidad no fuera demostrada.

Al caer la noche caímos en cuenta de un problema.

- La tienda de campaña está diseñada para 3 personas.

- OK.- dijo Conrad evaluando científicamente la situación. -Yo merezco un lugar aquí adentro, como ciudadano americano y líder de la expedición. Mambú debe estar aquí, por ser mi guardaespaldas. Y Corbin es corresponsal de Certezas Ilusorias...

- ¡Alá es grande! – exclamó el Dr. Negrasso mientras se quitaba el sombrero.

- Así que usted dormirá afuera.

El Dr. Negrasso pasó la noche junto a la orilla del lago que algún bromista registró en nuestros mapas con el curioso nombre de Coco Lake.

Día 3

El Dr. fue misteriosamente devorado por cocodrilos durante la madrugada. Logramos capturarlo todo en una toma muy efectiva. Sin embargo, Conrad se mostró algo contrariado.

- Maldición. Y yo que pensaba dejarlo como presidente vitalicio de una nueva república democrática. ¡Mambú!

- Si, Mistah Jim.

- ¿Recuerdas aquel Estado Libre Asociado que te prometí?

- ¡Sí, mi amo!

- Tendrá que esperar.

Día 4

El calor es abrasador, y he empezado a perder la razón, tal como estaba dispuesto en el guión que nos dieron para el documental. En ocasiones, creo distinguir música a lo lejos.

Día 4

Llegamos a un río que no aparecía originalmente en nuestros mapas, y que parece ser más ancho y largo que el Nilo. Conrad sospecha que hemos llegado demasiado lejos, hasta el océano. Mambú no hace más que mostrarse asustado ante cualquier situación, lo que nos impulsa a seguir adelante. Dios bendiga a ese muchacho.

Día 4

He empezado a perder la noción del tiempo. Los días parecen repetirse una y otra, y otra y otra, y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra y otra vez.

Fue entonces cuando Conrad tuvo que calmarme con otra de sus ráfagas de disparos al aire, y la amenaza de ser cambiado por provisiones en el siguiente poblado. Pronto me sentí bien de nuevo. Life is Good. Debímos haber traído a Woody Allen.

Día 5 o 6

Por fin divisamos un poblado a orillas del río.

El cargo de traductor ha recaído en Mambú, con la esperanza de que sus genes le permitan comprender instintivamente los infernales dialectos de éstas tierras. A través de los imprecisos gestos de los nativos, hemos logrado inferir la existencia de un mítico ser llamado el Rey del Hula, o el Resplandeciente Señor de las Caderas en Movimiento. ¿A qué se referirán?

Día 7

Seguimos el camino por la espesa jungla. Los árboles parecen formar a nuestro alrededor columnas de una catedral ciclópea. El aire es pesado como una gelatina podrida. Sólo tenemos algunos Snickers y Milky Ways en nuestras mochilas, al considerar poco apetitoso el mono asado que nos ofrecieron en el último poblado.

Es entonces cuando vuelvo a escuchar música, una melodía familiar en el aire.

En medio de la selva, una muralla de troncos parece rodear una aldea primitiva. Un olor extraño en el aire.

- Hmm. – dijo Conrad olfateando el aire como un perro viejo.- Dulces con queso. Su invención financió al partido Nazi en sus inicios.

- Este lugar parece un fuerte del Oeste. Los muros, las torres de observación en las esquinas.

- Puede que los nativos tengan un talento especial para la imitación. Probablemente copiaron el diseño de algún comic caído de un avión. Ya sabes, nos consideran sus dioses. Es natural...

Mambú reconoció cierta figura ondeando al aire.

- Mire, Mistah Konrad. En aquélla torre. La bandera de Yiu Es Ei. ¡La tierra de la libertá!

- Calla, mi negro amigo.

- Tiene razón, Conrad.

- No puede ser. ¿Acaso alguien civilizado llegó antes que nosotros? ¡Perdimos la exclusiva!

Con asombrosa economía descriptiva, caminamos hacia la puerta de la improvisada fortificación. En la puerta, bajo la bandera de las barras y las estrellas, un guardia nativo armado con un par de lanzas nos sonríe y agita su nariz perforada por un hueso, gritando algo hacia el interior por una ventana toscamente hecha. Luego abre la puerta y nos indica que entremos.

- ¿Tu crees que deberíamos...?

- Vamos, Corbin. Un hombre civilizado no debe temer a nada. ¿No soy acaso un representante del mundo libre? ¿No posees tú el insensato espíritu sanguinario de tus ancestros aztecas? ¿No es Mambú tan salvaje como los mismo nativos?

- I guess you’re right.

Entramos a una amplia explanada entre chozas de aspecto más primitivo. El lugar parece estar dividido en varias secciones. Y otra vez, esa música en el aire...

- ¡Están escuchando classic rock!

- ¿Un gramófono? No sea ingenuo, Corbin. Ni siquiera las líneas de energía solar han llegado hasta aquí.

Pero el sonido es inconfundible, y pronto vemos sobre un primitivo escenario, a una figura familiar bailando y cantando ante un grupo de nativos...

- You ain’t nothin’ but a hound dog cryin’ all the time. Well, you ain’t never caught a rabbit and you ain’t no friend of mine…

No era un imitador. Era él mismo, ataviado con una túnica blanca salpicada de estrellas... el Resplandeciente Señor de las Caderas en Movimiento, extrañamente más joven, cantando mientras lo acompañaba un grupo de zarandianos con tambores, entre antorchas que iluminaban aun más ese crepúsculo africano... El mismo vestuario de su época en Las Vegas, pero con cierto vigor recobrado...

- ¡Elvis Presley! ¿Aquí, en pleno siglo XXI?

- ¡E Rey, en la era de la globalizació! – exclamó Mambú, asombrado.

El ritmo de la oscuridad

Conrad se mostró imperturbable, como siempre, mientras nos íbamos acercando.

- ¿Elvis? Tiene cierto parecido con aquel fotógrafo holandés, Wim Wenders, el que hizo la película esa de Neil Armstrong.

La figura, más delgada en comparación a la época anterior a su “muerte”, por fin se dignó a vernos y bajó del escenario.

- ¡My fellow americans! Hola, mi nombre es Elvis Presley.

- Yo soy el General Jim Conard. US Army. Me acompaña Guillermo Corbin, periodista. Ah, y él es Mambú, mi fiel asistente. Veo que ha avanzado mucho desde “Heartbreak hotel”.

- Hmm, sólo trato de divertirme. Pero no he estado muy al pendiente del mundo moderno...

- Es un honor encontrarlo, Mr. Presley. El mundo lo recuerda con cariño. Sigue siendo el rey del rock. Aunque ahora hay música distinta. Ahora existe la música... electrónica.- dije estrechando su mano sudada y temblorosa. Sí, era más viejo de lo que parecía.

Elvis sólo sonrío tristemente. Parecía estar esperando algo.

- Ja. “Música... electrónica”. Pronto no importará. Pronto todos viviremos bajo un mismo imperio.- dijo con un extraño acento germánico.

Nazi supermen are our superiors

Y entonces...

Por el lado derecho de la pantalla entra UN GRUPO DE NAZIS GERIÁTRICOS. Es un comando de viejos soldados y elementos del SS, encabezados por un rostro que ya había visto antes en el History Channel... y en un cuadro de la casa de Conrad en Miami: Joseph Goebbels, ministro Nazi de propaganda.

- Bienvenidos a Bavaria Africana, americanos. O debo decir, americano... y razas inferiores que lo acompañan.

- Hey, calma con esa palabrería de inferiores. Corbin tiene la ciudadanía americana.- aclaró Conrad.- Permítame presentarme. Soy Jim Conrad... conocido en el tercer mundo como Big Jim, Rey de las Bananas, libertador de Cuba ante la opresión comunista, y embajador de buena voluntad de la CIA y el Banco Mundial. Herr Goebbels, aprecio las implicaciones literarias e históricas de nuestro encuentro. Pero le advierto que la nación libre y soberana de Zarandia es propiedad de USA.

- No por mucho tiempo, caballeros.- Elvis apuntaba una pistola a la sien de Conrad mientras éste hacía su discurso.

- Ahora entiendo todo.

Yo me mostré horrorizado ante la traición del Rey del Rock, e intentaba contener a Mambú, que quería interceptar cualquier posible disparo.

- ¿Elvis? ¿Nazi? Pero tú...

Conrad no pudo contener una amarga carcajada y volteó a verme.

- Por favor Corbin. Recuerde a su héroe, David Barn, de los Radio Heads. Son infiltrados en un pueblo enemigo para usurpar su música.

Elvis sonrío tras dar un mordisco a su grasienta changohamburguesa.

- Todo éste tiempo he estado trabajando para ellos. ¿Quién creen que me enseñó todos mis movimientos? ¿Quién me mantuvo joven y esbelto, quién me salvó de morir en el baño en Graceland?

- ¡El Fuehrer! – exclamó Conrad, las palabras saliendo de su boca con facilidad nacida de la costumbre.

- Sus ideas siempre han sido... FUEGO para mi alma... Yo conseguí este lugar para que le sirviera de refugio a él y su Estado Mayor. Ya no quedan muchos y tal vez ya estamos algo viejos. Pero el Dr. Mengele logró descubrir el secreto de la longevidad, y nos hemos mantenido activos y preparados. Los nativos están muy felices, de hecho...

- Lo adoran como a un Dios. Y así compró la protección de los nazis.

- No sólo aquí. También soy admirado en otras partes del mundo. Y soy uno entre varios... Como tal vez sabrá, el Dr. Mengele creó a Jim Morrison en un laboratorio nazi, con genes nazis de místicos nazis... Místicos nazis muertos durante la guerra nazi de los nazis contra los cobardes aliados, nuestros enemigos. Enemigos nuestros y de todos aquellos nazis orgullosos de llamarse a sí mismos... nazis. Como Jim Morrison. El nazi. El nazi de los Doors. El grupo de los sesentas. Nazis todos. Los de Light my fire. Desde el que tocaba el teclado hasta el que cargaba los instrumentos. Los Doors. Sí, eran nazis. Y en especial su líder... ¡Jim Morrison! El que era nazi.

- Eso era obvio.

- Así que yo... SOYUNNAZI!!!!!!

- Nunca lo hubiera sospechado.

El regreso del dictador del pasado

Goebbels se retiró con el resto de los nazis, dejándonos bajo el cuidado de Elvis y un grupo de nativos.

Conrad se lamentaba por el aparente fin de la expedición y su contrato con el Discovery.

- Pensar que les traíamos civilización. Microondas. DVDs. ¡Sky!

- Bueno, tranquilícense. Las cosas no estarán tan mal. Soy un buen chico, ¿no? Los invito al casino de los sacrificios. – dijo Elvis, sosteniendo el AK - 47 de Conrad, quizás decepcionado por el hecho de que ya no contaría con nosotros como público.- ¿Qué prefieren? ¿Hoguera, o la cámara de torturas sin fin?

Creo que ya todos estábamos resignados a la muerte en manos de los nazis y el viejo rocker. Mejor eso a ser atropellados por un taxista. En ese momento arribó otro contingente de los SS, encabezados por un anciano en una extraña silla de ruedas. Un anciano decrépito con un bigote harto conocido... con la banda roja incluyendo una svástica.

- ¡Santa Ciencia Ficción barata, Mistah Conrad! – Mambú se balanceó cómicamente, mostrando su temor ante el envejecido ubermensch.

- Calma, Mambú. Esto es cuestión entre hombres blancos. ¿Conque Hitler, verdad? Ya existían evidencias fragmentarias de su inmortalidad. Los toltecas habían registrado su existencia bajo el nombre de Quetzalcoatl. Laura Esquivel lo llamó “Kukulkan” en su libro La mujer dormida debe despertar.

El Fuehrer habla

La silla de ruedas del anciano era empujada por varios niños rubios con camisas a rayas. Fue entonces que vi la mirada vacía del contingente infantil nazi. ¡Clones! El anciano sonrío. Y entonces habló, habló como sólo él sabía hacerlo... con un fuerte acento texano, apuntando hacia Conrad.

- ¿Usted ha leído mi libro?

- ¿Mein Kampf? ¡Claro! Permítame quitarme el sombrero. – Conrad se mostró ofendido por la pregunta, a pesar de la emoción de encontrarse ante el viejo Fuehrer. – Pero no pensé encontrarlo aquí... ¡en África! Yo siempre creí que...

- Claro que estamos aquí, Mr. Conrad.- interrumpió Hitler.- ¿Pensaba que la película esa de Apocalypse Now era un chiste? ¿Nunca sospechó que Marlon Brando era sólo uno entre varios dioses menores? ¿Cree que todos esos dólares en taquilla iban para caridad?

Una luz se encendió en la mente de Conrad al escuchar la palabra dólares. Reconocí eso en su mirada.

El Fuehrer continuó.

- ¿Vieron Taxi Driver? Yo estaba ahí, en las escenas de multitudes. ¿Quién diseñó a los Ewoks de Star Wars? ¿Quién incluyó a Sofia Coppola en El Padrino III? ¿Quién compró el Internet? ¿Quien financió a Bo Derek, además de su esposo John Derek a finales de los setentas, inicios de los ochentas? ¿Vieron la película de The Who, Tommy? Pésima película. Todas las canciones interpretadas con sintetizadores de mal gusto. ¿Quién inventó el scanner de las cajas en los supermercados? ¿Quién produjo a Vengaboys? ¿Quién creó a los Snorkels? ¿Quién escribió Carrie, Christine, La Zona Muerta? Yo no. Detesto a Stephen King. Detesto su cara. Detesto su nombre. Detesto la forma como escribe. En cambio, Selecciones...

Conrad empezó a murmurar en español.

- ¡El Fuehrer ha enloquecido! Por lo visto, todo este tiempo en la selva ha afectado su juicio.

- ¿Cree que podemos hacerles frente? – murmuré igualmente en español ante la ráfaga de incoherencias.

- Claro. A pesar de que debo reconocer que los superhombres nazis son nuestros superiores

- ¡Basta de palabrería! – ladró Elvis acercándose de nuevo.- No me engañan, yo también conozco algunas palabras en español. Chile con carne. ¡Viva Acapulco!

- Lo siento, Elvis. Juro que esto me duele más a mí que a ti. Corbin, la cámara.

Los nazis no se habían preocupado por quitármela.

- Yes, sir.

- Mambú, salta para interceptar cualquier posible disparo.

- Sí, mi amo.

La acción fue demasiado rápida como para ser descrita, y el tiempo que me queda de vida es corto. Basta decir que, que.... mi respiración... kjlhjfshgfxz.lhfdn-fkñ...

¿Ah, en qué iba? Logré derribar a Elvis con mi cámara, mientras Mambú corría hacia otra dirección. Y no hubo ningún disparo, a pesar de que los nazis parecían estar armados con viejas ametralladoras.

- ¡Detenedlos!- ladró Hitler desde su silla. Pero era inútil. Salinas y Octavio Paz tenían razón. Los nazis estaban armados con rifles de madera. Y sus reflejos ya no eran los mismos. ¡TRAS TODOS ESTOS AÑOS, ERAN SIMPLE UTILERÍA!

En la confusión, Conrad logró sacar el arma que siempre ocultaba en su chaleco y...

- Todo sea por el rating del Discovery Channel... ¡Muéretecabrón!

Y disparó su AK – 47 sobre Hitler. El frágil cuerpo del Fuehrer intentó levantarse por última vez de la silla de ruedas. Bajo el impacto de las balas, se sacudió en su lugar, con un movimiento extraño en su cintura, más propio de Elvis. Y entonces cayó. ¡Estaba muerto!

- Mistah Conrad, Hitler is dead!

Un hilillo de sangre revuelta con baba escurría de su boca, para formar un grotesco lodo en el ardiente suelo africano. Unas cuantas balas despacharon al resto de los ahora desmotivados nazis, etcétera etcétera.

Conrad no sonreía. Seguía levantando el arma, ahora conteniendo a Elvis, el cual finalmente corrió hacia la profundidad de la selva, para no ser visto sino hasta el siguiente episodio.

- Una gran oportunidad desperdiciada.

- ¿Por qué? Hizo lo correcto. Ya nacerá otro. Ya nacerá. Los clones pueden ser aprovechados del modo usual: un reality show y un contrato de grabación.

- No, no es eso.

Años después, es lo único que recordaría de ese viaje. Los monos gritando en la lejanía. Mambú celebrando con una danza improvisada mientras abrazaba a un cachorro de león. Tambores de los nativos. Conrad contemplando la evidencia de la matanza. Y sus consecuencias...

- Imagine Corbin... No niego que acabamos de crear algo bueno para la televisión. Material para unos cuantos especiales en HBO. Matando al Fuehrer, Recordando mi tarde con el Fuehrer, Conrad libera a Zarandia Nazi de la opresión nazi de los nazis. Pero eso nunca se comparará con la otra posibilidad.... con lo que perdimos. Si de alguna forma, por alguna razón Elvis hubiera matado al Fuehrer... Imagine el rating que hubiéramos alcanzado... ¡mayor que el del Super Bowl!

Una lágrima rodó por su mejilla.

- ¡Viva Jim Conrad! ¡Viva USA! – Mambú saltó en el aire. Otra parte del mundo había conquistado la libertad, y todo sería felicidad de nuevo.

Sintonícenos al iniciar el nuevo milenio para reanudar nuestra mágica aventura.

viernes, julio 08, 2005

Muerte a todos los marcianos

Ayer vi la Guerra de los Mundos. El libro lo leí allá por el 85 y me gustó que conservaran la narración al inicio y final de la película. La referencia de HG Wells a "intelectos vastos, fríos y despiadados" (intellects vast, cold, and unsympathetic en el original) me ha acompañado desde entonces en varias combinaciones en mis escritos, es parte del ADN al ponerme frente al teclado. Junto con todos los demás.

Por lo demás, Spielberg hace un esfuerzo por evitar sus lugares comunes pero no logra deshacerse de los niños que siempre acomoda en sus pelics. Los aliens carecen de chiste. Los agregados en la historia son torpes e innecesarios.

Pero al salir del cine manejé con más cuidado.

Radio, radio, play my favorite song

Hoy fui con Iván al programa de radio Colectiva, en Radio Universidad o algo así, para hablar de la Mandarina. Puse una rola de Taladro Supremo. Luego una de Llamarada, The Girl Just Faded, el eterno sencillo. "¿Porqueltítuloeninglés??"
Pero en realidad los diferentes idiomas son una invención temporal, ya llegará algo mejor.
En la lista seguía una rola de The Fall, pero ya no hubo tiempo.

Mientras tanto, necesito encontrar trabajo.

Not even blacks

Secretary of State Condolessa Rice branded the stamp “an insult” and asked Mexico to withdraw it from the market.
“This is ‘Black Sambo’ revisited,” members of the Congressional Black Caucus said in a statement, referring to the controversial Jim Crow-era character now banned by the United States and other countries.
UN Secretary Kofi Anan called the stamps “a blatant show of bigotry and disrespect for people of African decent worldwide.”
Former President Bill Clinton said the stamps are “inappropriate and reflect the Mexican government’s veiled attitudes towards Blacks.”

ups. como siempre.

miércoles, julio 06, 2005

Now it's On!

Llamarada ya tiene su pag en myspace.com. Sounds like hell.
www.myspace.com/losllamarada

She wasn't gone, she just faded.