jueves, abril 27, 2006

Ella con odio

La trampa de J. El pelo largo cruzando su boca, acariciando labios delgados. Una mirada muerta desde la secundaria, pero surgida también del estudio. Una pose desgarbada de acuerdo a líneas alguna vez en boga. Hasta sus caídas espontáneas seguían la trayectoria de cientos de fotos de setentas a noventas. Alguien la había inventado. Y lo peor es que ni siquiera se daba cuenta.

Al menos eso veía Laura. Con odio.

Y Mark se bebía todos los silencios, todas las mentiras. Ella se daba cuenta.

Abajo, en el escenario, escuchando los papeles que siempre se repartían, captaba la respuesta en las notas, Julia junto a Mark Un poco en las sombras, ojos cerrados navegando sus sueños. Laura sólo gritaba tratando de subirse a la ola.

Tuvo sus momentos, tenía que reconocerlo. Las veces que acorraló a Mark en una fiesta y trató de acomodar sus palabras. Lo único que pudo tartamudear fue un ataque, una complicidad, algo que intentó fuera un enigma. Mark siempre estaba cansado y se alejó posteando una sonrisa. Real, real. Fue hasta días después que ella le contestó queriendo repetir el momento. De eso no pasaron. El mismo ritual varios días, hasta que él cambió su dirección, y ella se quedó de nuevo mirándolo en viejos videos.

Ella con odio, mirando a Julia Never y esos grandes ojos, que un buen día lograron robarse al mundo.

martes, abril 11, 2006

Insisto

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martes, abril 04, 2006

Fogatas en la noche

Alguien gritó por primera vez hacia un compañero en la tormenta, mientras otros se organizaban para jugar y formar colonias. Sólo algunos recordaban sus derrotas, peligros y caídas.


Reconocieron al extraño al otro lado del río. Las piezas estaban en su comida, en las vidas que quitaban, las plantas que los atraían. La enfermedad invisible en nuestra cabeza. Por un momento la creímos, no hemos dejado de creerla. ¿Qué hicimos con la historia? Conquistarla.

Lo siento.

Sobre la bóveda, entre ciudades consumidas por palabras, alguien instaló Estaciones Repetidoras. Su función fue olvidada y ahora sólo compartían chistes y recetas. 5, 16, 29, 16, 59, 16, 34, 16, 21, 21, 21, 21.

Un día decidieron crecer.

Y ya estaba escrito, y lo siento, pero al final construyeron antenas. Mares de antenas.