sábado, diciembre 02, 2006

Una nueva

En el sueño, un viaje a toda velocidad. En cierta pausa del camino, le digo que es muy chida, paso mi mano por su pelo. Una cosa lleva a la otra (cof cof). Pocos minutos después caigo en cuenta de que estoy en presencia de una loca.

En las siguientes escenas me dirijo a mi funeral. El día, noviembre 4. La sede es un enorme museo conteniendo el Monumento a la Revolución y todo otro escenario chilango, pero en versiones recubiertas de oro. Los periódicos me odian. Los niños se burlan de la idea de viajar a la luna. Empiezo a llorar desde el asiento del copiloto. Un amigo menciona a Fox, siento una almohada final cayendo sobre mi cabeza, y sé que la hora del adiós está muy cerca. Despierto, es media mañana, 1:04 pm.