martes, octubre 25, 2005

Never en el 2009.
La primera vez que la vi, Julia estaba en el fondo de la clase,
disimulando los audífonos. Su mirada nunca dejaba de mostrar
interés ante mis diagramas bizarros. Pero sus labios se movían
despacito siguiendo alguna melodía oculta.
Su pelo era mágicamente oscuro. Me distraía demasiado.

Yo había reaparecido en el CEU sin mucho entusiasmo, pero a los
pocos minutos me divirtió el ver que, siguiendo algún proceso cíclico,
mis nuevos alumnos se parecían mucho a los de cursos anteriores.
Había ciertos roles que se presentaban año tras año, como en una
mala película de adolescentes.

A Julia le tocaba el papel de la que nunca entraba a clases pero se
las arreglaba para sacar buenas calificaciones. Que parecía andar
en su rollo pero se permitía ratitos al final de la clase para platicar
un poco junto a la ventana. Hablábamos de grupos y de sus dudas
acerca de los modelos psicológicos.

En realidad sólo lo hizo un par de veces. Y como suele pasar, me ganché.

Casi creo que yo me levantaba temprano cada tarde para llegar a tiempo
a clases y verla. Cosas así pasan cuando... iba a poner “cuando no tengo
nada en que entretenerme”, pero se oye muy feo. Ok, cuando me las
arreglo para no tener nada.

Al estar explicando algo junto al pizarrón solía mirar hacia donde
estaba. No sabía si realmente me escuchaba, pero ella sonreía y
abría un poco más los ojos, sin dejar de mover la cabeza siguendo
alguna estación de la red. Y cuando faltaba me encontraba volteando
hacia su silla vacía, el rumbo que solía ocupar. Y algo aquí adentro
me calaba: El hecho de extrañarla y de ser un estúpido que se
ganchaba con sus estudiantes.

Es que estaba muy guapa. Bueno, aparte era especial. Lo cual no es
nada más un decir, el talento ya estaba ahí. Desde entonces estaba
adelantando modas. Faltaba que el mundo se sincronizara a su alrededor.
Pero no estaba freaky.

Ya al final del curso se despareció tres, cuatro días. Les dije a
sus compañeritos que estaba preocupado por ella. Y me dijeron
que se había ido a los United. Así de sencillo.

Pero en navidad me la topé en un concierto de Otros Paisajes. Ella se
me acercó entre la oscuridad y la multitud trendy; tardé en darme
cuenta de quién era. Ella murmuraba algo, como siempre. Aparte de
estar ciego estoy sordo, así que nunca supe qué era. Sonreí y contesté
algo que sabía ella tampoco escucharía. Es mala idea toparse a alguien
en una tocada noise.

La misma gente nos empujó a otro lado, ella hizo un gesto de ir por algo,
de luego regresar. No la volví a ver ese rato y me dediqué a acabarme
mi caguama parado junto al John. De regreso a casa manejé muy despacio.

Un año después creí verla en el público en alguna tocada de Llamarada.
Pero fue sólo un instante, un reflejo.

Cuatro años después ella era una estrella. Yo estaba casado, había
dejado las clases y sólo me reunía de vez en cuando con el grupo.

Ocho años después ella se fue a vivir a una realidad sintética y sacó
un disco de cumbias digitales.