martes, octubre 25, 2005

Un valor

2019.
Llegué con los niños, todo pulgares levantados, una sonrisa fotográfica,
acomodándome el pelo para una posible portada. Si alguien iba a sacar
una pic con las cámaras de la casa, éste era el momento. Vean al maldito
actuando como si nada, reapareciendo en la ex casa de la familia.

Los tres estaban ocupados con sus gizmos electrónicos. Voltearon a
verme con un gesto aburrido.

Supe que era la hora de quedarme callado. Y por lo tanto hablé.
- Eh, ¿pues qué les ha dicho su mamá? ¿No... no quieren oír mi versión?

Laurita empezó a silbar.
David se sentó junto a mi, pero no dijo nada. Eddie fue el único en
mirarme a los ojos.

- ¿Para qué?

Para que me quieran, pensé. Pero no se trataba de eso. Simplemente
no quería que pensaran que su papá estaba tan güey.
Aunque fuera cierto.

- Pues, para que... vayamos juntos por una nieve, ¿no?
- Ahí hay en el refri.

Fuck. Me quedé viendo la pared. Ellos siguieron clavados en
sus guerritas incomprensibles y pláticas en clave con chinos supergenios.
Malditos niños. Creían que todo era tan fácil.
Querían que todo fuera tan fácil.

Y entonces saqué mi cel y también me puse a jugar.