martes, noviembre 21, 2006

Del ahora

Entré a la ciudad. La mayoría de las luces estaban apagadas. Vidrios rotos. Era claro que alguien se aburría. La fuga había sido repentina, incluso los gatos habían escapado. La neblina regresaba al valle.

Debí haber llegado durante la mañana. En un caballo. Y con nuevas mentiras en mis manos.