jueves, junio 29, 2006

LA ERA DEL PEJE

EDUCACIÓN PARA TODOS

Winthropcito de la Garza llegó a su salón de clases. ¡Y en lugar de Miss Jenny se encontró con una grotesca lideresa de cabello multicolor!

- Nomás faltabas tú, mi burguesito de sololoy.

En unos segundos, su mente infantil recordó los aciagos y trascendentales hechos del mes de julio. Temblando, se dirigió a su banco. Pero el salón ya no era cómodo ni armonioso, pues un grupo de salvajes compartía el sagrado recinto de aprendizaje. Niños de todas las razas y provenientes de otras escuelas habían osado profanar las aulas del Colegio Instituto Regiomontano de San Felipe de la Garza y Garza Trillingual Zambrano School For Bright Kids Garza of the Future Zambrano Garza. Tuvo que sentarse en el suelo.

- Como quizás ya te dijeron tus papis en tu casita acá toda bonita acá... ¡ya se los cargó el payaso! Ya ganó... el Peje. Soy Lauris Mendiola, pero tú me puedes llamar Miss... ¡Miss Men! - la mujer soltó una carcajada que le heló el corazón. - Te perdiste del inicio de la clase. Tus compañeritos ya van agarrando onda. Alégrense de que no ganó Patricia Mercado, ya andarían todos pachecos... ¿Qué es lo que hay que decir, mis niñitos?

Respondieron a coro sus antiguos amigos y los invasores morenos:
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej!
- Ja jajaja... ¡ustedes sí saben!- la arpía subió al escritorio. - ¡Otra vez! ¿Cómo se dice?
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej!

Era una escena escapada de una pesadilla. Los niños respondían sin mover sus pequeños ojos vidriosos.

La Miss sacó un poster del nuevo Presidente.
- El Peje... ¡es su padre! ¡Es supadre! ¡Esupadre!
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej!
- ¡A ver, tú también, burguesito!
- Pej pej...
- ¡No, dilo bien!
- ¡Pej Pej, maestra!
- ¡Más fuerte!
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡PEJ PEJ!
- Así sí'stá chido....

Los ojos de Winthropcito se llenaron de lágrimas. Había visto la huelga de la servidumbre en su casa, los ejércitos venezolanos patrullando las calles, su madre obligada a vender pornografía de casa en casa para poder cocinar un poco de caldo de agua, su padre enviado a lustrar zapatos de los grandes funcionarios, el cura de la Colo convertido en un costoso perchero... ¡pero nunca pensó ver tal escena! Los niños aclamaban al Mesías Tropical con un fervor insensato al mismo tiempo que hacían malabares con navajas. Tuvo que unirse a sus gritos. La maestra por fin había sacado una sonaja vudú, que parecía haber sido hecha con el cráneo de algún panista.

- ¡Esupadre! Pa Pa Don, Pa Pa Don...

La nueva maestra escribió algo en el pizzarrón.

- ¿Qué dice ahí, Juancito?
- ¡Socialismo o muerte!
- Nel, nel, dilo bieeeen. A ver, Brandoncito, léyele, léyele.
- ¡Dice Cosialijmo... o MUEJTE, maestra!
- ¡Pej! ¡Pej! ¡Pej!
- Muy bien... ya le van agarrando la onda. Pa Pa Don... Pa Pa Don...
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej!
- Esupadre, esupadre... Pa Pa Don... Pa Pa Don...
- ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡Pej Pej! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ! ¡PEJ PEJ!

Y así fue toda la clase, pero al final le regalaron una mascada roja.

TRABAJO PARA TODOS

Memo Zapata, líder de la famosa banda punk Los SuperFamosos SuperPunks Punks, se encontraba en su alma mater, el pastito de la Fac, preguntándose cómo darle en la madre al sistema, y mandando mensajitos de texto por su chat, o como se llamen esas cosas modernas. Su nintendo ese. No, su blog. Como sea que le digan.

Fue entonces que llegaron los camiones. Eran sus mismos compañeros de la Mesa Directiva, de las tocadas underground en el Barrio, del consumo indiscriminado de alcohol y peligrosas drogas. ¡Pero habían cambiado! Cada uno de ellos portaba un machete.

Se le hizo chido hasta que sintió que lo golpeaban. Con el lado sin filo, por lo menos.
- ¡Órale campión! Ya te conseguimos trabajo.
- ¡Achinga!
- Vámonos a cortar caña.
Se levantó de un salto.
- Ladrónde, o qué.
- Tú nomás vente. Ya va a salir el avión.

Horas después caía en paracaídas sobre Cuba, machete en mano, y listo para iniciar la cosecha. Después de la cena de caldo de agua, y el postre de pan con agua de agua, le regalaron una mascada roja.


POLÍTICA EXTERIOR A LA ALTURA DE NUESTROS CLÁSICOS PRINCIPIOS

Fernando Valtierra llegó a su departamento. Las huestes pejistas aún no expropiaban su pequeña propiedad en lo alto de un moderno rascacielos. Pero en la calle se percibía el terror cercano, los tanques demoliendo mansiones, los puesteros invadiendo el mall, gente sin apellido conociendo por fin los amplios bosques y sus tigres enjaulados.

Al entrar a la habitación, su curvilínea esposa, Tiffany Villaseñor, se vestía con la deliberada lentitud de toda una modelo de alto presupuesto. La besó mientras recordaba que ya era hora de comprar lencería nueva. Prendió la tele. Las cosas habían cambiado tras el triunfo de los perredistas del PER. Pero al menos todavía existían dos canales. En el primero sólo podía verse propaganda del Peje. En el segundo aparecía un soldado apuntándote con un rifle mientras gritaba: ¡Regrese al otro canal!

Se asomó a la ventana. A lo lejos, una columna militar se acercaba...

- ¿Qué hacen esos soldados aquí?
- Son venezolanos. Vienen a apoyar al Peje en su lucha contra la inseguridad.

Todo iba rumbo al carajo. Su empresa estaba a punto de quebrar. Los inversionistas habían huido como ratas mientras tuvieron la oportunidad. Todas las cuentas de banco estaban congeladas. Era imposible salir al extranjero, a excepción de los países "amigos". Ninguno de los líderes del llamado Gran 4 aparecía solo. Siempre estaban en un refugio caribeño, ordenando locuras vía satélite mientras los rodeaban bellas mujeres.

Pero él todavía tenía su casa. Agarró el último y viejo ejemplar de El Norte, y se metió al baño.

Una voz lo sobresaltó. El agua corría en la regadera.

- ¡Amigo bolivariano! ¿No tiene otro jabón? Ah, y disculpe lo del cepillo. Creo que me entusiasmé de más.

Era el mismísimo Hugo Chávez. Al terminar de bañarse, le dio su carta de reubicación para un puesto ejecutivo de cavador de zanjas radioactivas en Laguna Verde, y además le regaló un mascada roja.

1 Comments:

At junio 30, 2006, Blogger Arturo said...

Es el cuento de terror más cabrón jamás escrito. Voy por un té de manzanilla. Ahora regreso

 

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